• Exorcisando el silencio
Ahueca su mirada…
sobrevienen los pájaros del silencio
a picotear los últimos despojos.
Y yo
campana herida que suena
aún temblando…
aunque dolida…
¡canto!
• Su voz
Oí su voz,
alzaron vuelo
las palomas de mi sangre.
El tiempo,
repetido en los relojes,
quedó descalzo.
¡ Ah …
y eso fue apenas
la mitad del milagro!
• Hoy
Hoy puse mi esperanza en el umbral.
Tal vez decida fugarse con el viento
o morirse de repente en unos días.
Pero nunca al alcance de tu mano.
Nunca herida.
¡Gracias Norma B. Demaría!
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